LAS VÍAS CONTINUARÁN SIN TRENES

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TENSA CALMA ENTRE EMPLEADOS DE FERROBAIRES
En tanto todavía hay quienes se ilusionan con el regreso del tren de pasajeros a nuestra provincia, la decisión de que un convoy vuelva a transitar por territorio pampeano no aparece ahora como una alternativa viable y más o menos inmediata, sino más bien todo lo contrario.
Esta situación, naturalmente, sumerge a la veintena de trabajadores de Ferrobaires en un estado de incertidumbre, porque si bien cobran religiosamente sus haberes no pueden menos que preguntarse cuánto tiempo más se puede prolongar el presente contexto.
Es que el tren dejó de correr por nuestra provincia en abril de hace dos años; en tanto ya había dejado de prestar servicio el último tren de Sofse (Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado) entre Once y Toay. Esto había sucedido el 22 de febrero de 2015.
Después de casi 15 años que el ferrocarril había dejado de circular por territorio provincial, hubo primero lo que se llamó un “tren solidario” que partió de Buenos Aires y llegó a Santa Rosa, recibido con una verdadera fiesta en la estación local.
Después de eso se instrumentó un cronograma semanal, y no fueron pocos los viajeros que prefirieron el ferrocarril por sobre la vía terrestre o aérea, sobre todo por la gran diferencia de costos.
También se instrumentó un servicio provincial, que incluía partida desde General Pico, pasando por Catriló y arribo a Toay, pero el último viaje que hizo, hace dos años, solo transportó un pasajero.
Cese del servicio.
Cuando se produjo la caída de dos puentes en la zona de Bragado, pareció la excusa perfecta para que el ferrocarril entre Once-Toay dejara de correr. Se prometió que luego de realizadas las reparaciones se iba a reanudar, pero esto no ha sucedido, aunque las pasarelas habrían sido reacondicionadas.
Desde hace más de dos años ya no hubo actividad, y lentamente los empleados de Ferrobaires -alrededor de veinte en La Pampa- debieron permanecer a la expectativa de lo que podría suceder con sus trabajos. Hubo incertidumbre cuando se conoció la novedad que tres ferroviarios, en noviembre de 2016, habían recibido sus telegramas de despido.
Pero después de eso todo volvió a lo que algunos empleados consideran “es una tensa calma. Porque hasta ahora nos siguen pagando normalmente los sueldos, pero no hay signos de que el tren vaya a volver a correr”. Se preguntan si así las cosas Ferrobaires continuará con el pago “normal” de sus salarios.
Gestión provincial.
La situación produjo gestiones desde la Dirección de Transporte de la provincia, y el propio titular de este organismo, Gustavo Minetto Fernández, envió una nota al ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich. “Me dirijo a usted a efectos de solicitarle tenga a bien informarme cuál es la determinación que la cartera a su cargo va a tomar en cuanto al personal de Ferrocarril que presta servicio en la provincia de La Pampa”, preguntó Minetto.
Hubo a fines del año anterior inseguridad cuando Fernando Dotti anunció -fue en noviembre pasado- que los 25 empleados iban a quedar cesantes, lo que afortunadamente luego no sucedió. El diputado nacional Martín Maquieyra, con posterioridad, sostuvo que se trataba de “un rumor sin fundamento”, tratando de llevar tranquilidad.
Tensa calma.
Minetto Fernández, en aquella misiva que le envió a Dietrich, le expresaba el anhelo de que se pueda producir el regreso del Ferrocarril a La Pampa. La respuesta, hasta ahora, ha sido el silencio. Por eso hay, como se expresó antes, una tensa calma.
La desaparición del tren en nuestra provincia había sido consecuencia directa de la política de desaliento a los ferrocarriles, impulsada por el gobierno nacional en la década de los ’90, cuando el entonces presidente Menem hizo referencia a que “ramal que para ramal que cierra”.
laarena
26/04/2017