El doble impacto del primer tren

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Los trabajadores pintan, acondicionan y limpian la estación de ferrocarril. En otro contexto histórico sería normal ante la inminente llegada del tren, como lo hicieron tantas veces durante décadas, desde que se fundó la ciudad en el paraje Confluencia. Pero en las próximas horas será por una cuestión muy especial.


La formación destinada al transporte de pasajeros proveniente de Buenos Aires llegará a la ciudad de Neuquén después de 23 años, tras la decisión del gobierno nacional de aquella época de cerrar la mayoría de los ramales que transitaban por el interior del país.
Si bien hoy llegará la primera formación para comenzar con la adaptación del personal que ya fue adiestrado por el gremio ferroviario, se trata de un hecho histórico para la provincia y para la ciudad volver a contar con el transporte a partir de mediados o fines de julio.
Se anunció que el servicio, en una primera parte, cubrirá el trayecto entre Neuquén y Cipolletti, pero tal vez el pequeño ramal se extienda a otras localidades. Tal vez lo haga a Plottier y Senillosa hacia el oeste, o a hasta General Roca y otros pueblos rionegrinos, hacia el este. Dependerá de decisiones políticas y la coyuntura económica.
Pero lo cierto es que el nuevo tren tendrá un impacto directo en el tránsito entre ambas ciudades, especialmente en la multitrocha, congestionada y colapsada por la cantidad de vehículos que transitan a diario.


El otro impacto, igual de directo pero más íntimo, lo tendrán los viejos ferroviarios y el personal que trabaja en el ferrocarril.
Sentirán que la estación vuelve a vestirse de gala y que mucha gente, como ocurrió durante tantos años, estará expectante y contenta ante la llegada del tren. 

(lmneuquén)
01/07/2015