La Trochita, un museo que anda sobre rieles


ESQUEL, CHUBUT: EL VIEJO EXPRESO PATAGÓNICO CUMPLE 70 AÑOS



La Patagonia es uno de esos lugares del mundo donde la naturaleza le da batalla al hombre. Incluso el tren, la gran herramienta del progreso, encontró duros escollos para abrirse paso en la estepa sureña. El Viejo Expreso Patagónico, La Trochita, es parte de esta historia, como una económica formación para el transporte de mercancías y pasajeros que vivió su ocaso en los 90 -junto con todas las redes ferroviarias de la Argentina en esa década-, pero que ahora renace, en el siglo XXI, como uno de los más pintorescos atractivos turísticos en las ciudades de Esquel y El Maitén, en la provincia de Chubut.

Famoso por su trocha angosta, de 75 cm, este tren que tiene el aspecto de una reliquia andante cumplirá el 25 de mayo apenas 70 años. No parece tanto tiempo si se compara con históricas formaciones de otras partes del mundo. Aun así, al viajar en La Trochita es inevitable sentirse en un pasado remoto, de crujientes vagones equipados con calderas de calefacción a leña y de humeantes locomotoras a carbón. Dicen que buena parte de la fama de este trencito la generaron la publicación y el suceso del libro de Paul Theroux El Viejo Expreso Patagónico, publicado en 1978, en el cual narra su propio viaje combinando trenes desde Boston hasta Esquel, con punto final en la legendaria Trochita. Tal vez sea por esto que los vagones de madera suelen estar ocupados por extranjeros, que se mezclan con el público argentino y con muchos que ahora vuelven como turistas, pero que en el pasado utilizaron el Viejo Expreso como medio de transporte.

Recorridos

El trayecto original del Viejo Expreso Patagónico une Esquel (Chubut) con Ingeniero Jacobacci (Río Negro), a lo largo de 402 kilómetros, pero en la actual etapa como tren turístico el trayecto que se puede realizar va desde Esquel hasta la comunidad mapuche de Nahuel Pan, a 20 kilómetros de distancia. Las locomotoras originales (Henschel & Sohn, de Alemania, y The Baldwin Locomotive Works, de Estados Unidos) aún propulsan los pequeños vagones de primera y de segunda clase junto con un coche comedor. A 30 kilómetros por hora como velocidad máxima el recorrido parte de la estación Esquel y llega junto al cerro Nahuel Pan y la Ruta 40, cruzando la estepa. La parada de descanso es el caserío de Nahuel Pan, donde se ofrecen artesanías y refrigerios. Allí la máquina maniobra para pegar la vuelta y regresar al punto de partida. El paseo total dura unas tres horas.

Otra propuesta de La Trochita son salidas desde El Maitén hasta Desvío Bruno Thomae (55 km), donde además se pueden visitar los talleres generales del ferrocarril. El trencito incluso está disponible para ser contratado como chárter, algo que llegó a hacer un grupo de alemanes y japoneses el año pasado, que realizó el recorrido completo del tren durante cinco días.

El paseo en La Trochita cuesta $ 180 para los adultos argentinos (hay tarifas diferenciales para jubilados y niños) y tiene dos salidas diarias en temporada alta de verano e invierno. El resto del año las salidas tienen lugar durante fines de semana largos, con una salida diaria. Dos veces al año y en temporada alta de invierno como de verano se organiza un asalto al tren, emulando el ataque de bandidos que embestían contra el Viejo Expreso.

Pablo Domini
AMBITO
24/04/15