El Estado tomó el control total del Sarmiento

FERROCARRILES DEL SUD -- ACTUALIDAD

Randazzo anunció ayer, a cuatro días de las elecciones, que se les quitó el servicio a las empresas. También prometen más controles de seguridad para los maquinistas.

Tras el trágico récord de tres accidentes en 20 meses –que dejaron 54 muertos y más de 1.000 heridos–, y a cuatro días de las elecciones, el Gobierno sorprendió con un anuncio: desde hoy la operación del ferrocarril Sarmiento volverá a manos del Estado y no seguirá a cargo de las empresas que, sin embargo, seguirán operando las otras líneas metropolitanas. El Ministerio de Transporte también anunció otras medidas de seguridad, e insistió con reclamarles a los trabajadores del transporte “responsabilidad”.
El anuncio lo hizo el ministro Florencio Randazzo, quien se mostró enérgico en la conferencia de prensa. Hasta hoy, el Sarmiento era operado por la Unidad de Gestión Operativa de Emergencia Mitre-Sarmiento (UGOMS), compuesta por las concesionarias Metrovías y Ferrovías, las mismas que manejan el Roca, el San Martín y el Belgrano Sur mediante la Ugofe, y que tienen por separado el Urquiza (Metrovías) y el Belgrano Norte (Ferrovías).
Randazzo justificó la decisión por la supuesta falta de control a los maquinistas de parte de las empresas. Citó que el motorman Julio Benítez, que manejaba el tren que chocó el sábado, antes de subirse a la locomotora sólo se había realizado el control de alcoholemia, pero no el chequeo de pulso sanguíneo, test de atención, medición de oxígeno y otros controles. ¿Por qué no los hizo? Randazzo mostró un acta firmada por un médico y un supervisor que lo justificaban por un supuesto “acuerdo gremial”. El ministro, sin embargo, no aseguró que hubiera connivencia entre la concesionaria y el gremio, sino que era una situación que debía investigarse.
Además, Randazzo hizo referencia al video del 4 de agosto que se conoció ayer y en el que se ve a Benítez afirmando que se iba a dormir mientras manejaba, conduciendo el tren sin tomar el joystick con su mano y cometiendo otras incorrecciones. Por esas faltas, la UGOMS sólo le había aplicado un apercibimiento, pero Randazzo aseguró que se trataba “de una actitud repudiable, porque cometió todo tipo de irresponsabilidades que ameritaban mucha más dureza en la sanción”.
Por estos motivos el ministro, que aseguró no haber consultado con la Presidenta, decidió la estatización. Desde hoy, la operación del Sarmiento quedará a cargo del personal de la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) y la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE), dos entes que dependen de su órbita. En septiembre, el Gobierno ya había anunciado la reestatización de los ferrocarriles metropolitanos, aunque en realidad se había tratado de un cambio de manos, porque el control pasó de la Secretaría de Transporte a estos dos organismos, sobre los cuales Randazzo tiene control político directo.
Lo llamativo es que el resto de los trenes que recorren el Conurbano y la Capital Federal seguirán en manos de las mismas empresas. Según el ministro, porque “no encontraron irregularidades” en esas líneas, como sí en el Sarmiento.
¿Cambiará algo el servicio? Una fuente de la UGOMS le confió a Clarín: “Mañana (por hoy) el personal en el Sarmiento será el mismo, habrá que ver si con el correr de los días cambia algo. Pero hay que preguntarse si la SOFSE y la ADIF tienen personal suficiente y con experiencia en operación de trenes”. Parte del plantel de esos dos entes son técnicos de otras áreas, e incluso gente que quedó de la ex Ferrocarriles Argentinos.
El control estatal en el Sarmiento debutará con nuevas medidas de seguridad. Entre ellas, los trenes deberán bajar su velocidad a 5 km/h cuando se encuentren a 300 metros del acceso al andén de las terminales, y luego a 0 km/h cuando estén en los últimos 20 metros. Según Randazzo, en las últimas semanas detectaron varios trenes que ingresaban a los andenes a velocidades más altas que las correctas.
En tanto, en todos los ferrocarriles los guardas deberán acompañar al motorman en la cabina desde la anteúltima estación hasta el final. Y todos los maquinistas deberán someterse a un chequeo psicofísico similar al que se hacen los pilotos de aviones.
Por otra parte, y luego de las críticas que le dedicaron al cumplirse 20 meses de la tragedia de Once, Randazzo se dirigió a los familiares de las víctimas: “Entendemos su dolor, sabemos que es inexplicable. Los convoco a que nos acompañen porque tenemos el mismo objetivo, que el Sarmiento sea el ferrocarril que nos merecemos”. 
Clarín
24-10-13