He leído muchas noticias y escuchado y visto otras tantas sobre la recuperación del ferrocarril Belgrano Cargas, y si casi no se ve lo que se haya hecho hasta ahora, me preocupa que pocos hablen de un tema que me parece clave en esto: la recuperación de los terrenos que rodeaban a las vías del ferrocarril y que hace dos décadas delimitaban con claridad la zona de seguridad.
Hoy los terrenos del ferrocarril han sido invadidos por finqueros que extendieron sus cultivos hasta casi el borde mismo de los rieles; o por personas que usurparon los terrenos en las zonas urbanas generando asentamientos y villas que probablemente nunca estarán debidamente integradas o lo estarán a un altísimo costo ya que requieren de servicios cuya planificación no incluía esos lugares. Y no solo eso, algunas de los antiguos edificios del ferrocarril, ya sean las estaciones o viviendas contiguas están ocupadas o entregadas a personas o instituciones que nada tienen que ver con el ferrocarril.
Esto lo he visto tanto en el norte como en el centro, en el este y oeste de la provincia. Por citar un caso, recuerdo que en el pueblo de Olleros hubo hace pocos años un asentamiento de casi 200 familias. Con los meses la mayoría se fue, pero quedaron unas 40 que ya tienen edificaciones de material.
En el norte he podido ver cómo los cultivos están a centímetros de las vías.
Recuperar este patrimonio no le será fácil al ferrocarril porque el silencio de todos estos años hará creer a muchos que ya tienen derechos adquiridos o ganados, aún cuando su avance sobre las tierras del tren haya tenido un origen no muy legal que digamos.
Esto lo he visto tanto en el norte como en el centro, en el este y oeste de la provincia. Por citar un caso, recuerdo que en el pueblo de Olleros hubo hace pocos años un asentamiento de casi 200 familias. Con los meses la mayoría se fue, pero quedaron unas 40 que ya tienen edificaciones de material.
En el norte he podido ver cómo los cultivos están a centímetros de las vías.
Recuperar este patrimonio no le será fácil al ferrocarril porque el silencio de todos estos años hará creer a muchos que ya tienen derechos adquiridos o ganados, aún cuando su avance sobre las tierras del tren haya tenido un origen no muy legal que digamos.
El Tribuno
01/07/2013