En medio del debate sobre el desempeño del Gobierno Nacional en materia ferroviaria, dos formaciones totalmente nuevas unirán a nuestra ciudad con las estaciones 'Once' y 'Realicó'.
Quizás pueda resultar prematuro o hasta exagerado hablar de “revolución ferroviaria” en relación a los logros alcanzados por el Gobierno Nacional en diferentes líneas del tren; pero tampoco se trata de una afirmación descabellante, o por los menos no para quienes vivimos en Bragado, luego de haber recibido días atrás una de las noticias más importantes de los últimos años: dos formaciones totalmente nuevas rondarán por nuestra estación, una para unir Bragado y “Once” (Capital Federal) y otra para realizar el recorrido Bragado – Realicó (La Pampa). Claramente es mucho lo que todavía falta para que podamos hablar de un sistema ferroviario óptimo, pero el que se hayan tenido en cuenta los ramales que llegan hasta nuestra ciudad, estando a 210 kilómetros de distancia de Buenos Aires, debe destacarse porque no sólo evidencia los intentos del Gobierno por mejorar el servicio, sino que además muestra el criterio federal con el que se lo hace, sin circunscribirse únicamente al área metropolitana como estamos acostumbrados.
El sistema ferroviario argentino deja mucho que desear. Desde el cierre de ramales en los ’70 y más aún desde el desguace generado por las privatizaciones de los ’90, nos hemos acostumbrado a viajar en formaciones antiguas que incrementan notoriamente el número de desperfectos y, en consecuencia, el tiempo de demora. Los asientos sucios, las ventanas rotas, el deplorable estado de los baños, el frío en el invierno (cuando no funciona la calefacción) y el gran calor en el verano (si tampoco andan los ventiladores); son sólo algunas de las características que los pasajeros incorporamos como “normales”. A esto se suma el caso de aquellos lugares donde ni siquiera llega el tren, a veces poniendo en riego la propia existencia de los pueblos.
Tiempo atrás, en 2010, tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de los mayores generadores de esta situación, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo; pero, lejos de mostrar arrepentimiento, revindicó cada una de sus medidas. ¿Qué podemos esperar entonces?
“Aún hoy perdura la polémica sobre las privatizaciones de empresas del Estado, que se aceleraron desde su asunción como ministro de Economía durante la presidencia de Carlos Menem. ¿Qué responde a quienes cuestionan la medida por ‘desarticular al Estado’ y la toman como el principal factor de los malos servicios que se brindan, como por ejemplo en el caso de los trenes?”, le preguntamos. Cavallo respondió: “Los trenes ofrecían un servicio mucho peor en la época en que eran estatales. Prácticamente no existía el servicio, ni de carga, ni de pasajeros. Es cierto que la estatización no fue la más exitosa. Después no se hicieron inversiones porque el Estado incumplió con los aportes de capital que debía, por ejemplo para los trenes de pasajeros. […] El descalabro de los ferrocarriles argentinos viene de muy larga data, […] así que yo creo que el proceso, lejos de ser responsable de los malos servicios ahora, fue el que permitió que al menos los tengamos”.
La estación “Bragado” cumplió históricamente un rol muy importante en la línea Sarmiento. Tenía un movimiento constante, no sólo porque el número de frecuencias a cada destino era mayor, sino porque además los trenes llegaban a lugares que hoy no, por ejemplo Santa Rosa (La Pampa). Por eso es que la llegada de nuevas formaciones viene a renovar los aires y a recuperarle parte de lo que el tiempo y las malas administraciones le hicieron perder.
El estado actual de los trenes es responsabilidad del ex ministro de Economía Cavallo, Menem y de cada uno de los presidentes que se sucedieron hasta nuestros días; incluso del kirchnerismo, que lleva una década en el poder y que recién en los últimos años dedicó a los ferrocarriles la atención que merecen. Pero así como debemos criticarle aquella pasividad, también hay que reconocerle los cambios generados luego de la Tragedia de Once. Quizás pueda resultar prematuro y hasta exagerado hablar de “revolución ferroviaria”, ya que falta mucho por realizar, como una efectiva estatización de todas las líneas y la reapertura de los ramales olvidados; pero al menos hoy se está trabajando para lograr cierta mejora en el sistema, como no se lo hizo desde hace años.
De todas formas, nos hemos acostumbrado a que los pocos adelantos que se hacen, suelan estar destinados únicamente al área metropolitana, como si los viajes de larga distancia en tren no merecieran igual atención. Nos quedábamos con las ganas de ser escuchados, como por ejemplo cuando observábamos desde el Constantino (minutos después de que el Intendente mantuviera una teleconferencia con la Presidenta) el anuncio de la compra de coches de trenes para la línea Sarmiento y Mitre, pero que sólo se utilizarían en cercanías a la Capital Federal.
Cuando muchos habíamos perdido las esperanzas de ver mejorar el servicio de trenes que llega hasta Bragado, dos nuevas formaciones cambiaron nuestro parecer. Una, de aspecto futurista, fue realizada en los talleres MATERFER de Córdoba y realizará el trayecto Bragado – Realicó. La otra, que llegará hasta “Once”, fue comprada en China; cuenta con comandos computarizados, aire acondicionado frío – calor, marquesinas que indican el horario de arribo a cada estación, baños para discapacitados y asientos con mesa incorporada; se tratan de vagones clase “turista”, “primera clase” (pequeños televisores son la novedad) y hasta comedor. Bueno sería que realizaran sus respectivos recorridos todos los días y no sólo los viernes y domingos, pero es un muy buen comienzo.
Así como es necesario cuestionar a nuestros gobernantes cuando su desempeño no es bueno, también lo es que reconozcamos cuando obran bien. Por eso, visto la histórica incorporación de nuevas formaciones para unir Bragado con las estaciones “Once” y “Realicó”, nuestras felicitaciones al intendente Aldo San Pedro y fundamentalmente al Gobierno Nacional que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, siendo Florencio Randazzo el ministro del Interior y Transporte. A todos ellos, ¡chapó!
El sistema ferroviario argentino deja mucho que desear. Desde el cierre de ramales en los ’70 y más aún desde el desguace generado por las privatizaciones de los ’90, nos hemos acostumbrado a viajar en formaciones antiguas que incrementan notoriamente el número de desperfectos y, en consecuencia, el tiempo de demora. Los asientos sucios, las ventanas rotas, el deplorable estado de los baños, el frío en el invierno (cuando no funciona la calefacción) y el gran calor en el verano (si tampoco andan los ventiladores); son sólo algunas de las características que los pasajeros incorporamos como “normales”. A esto se suma el caso de aquellos lugares donde ni siquiera llega el tren, a veces poniendo en riego la propia existencia de los pueblos.
Tiempo atrás, en 2010, tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de los mayores generadores de esta situación, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo; pero, lejos de mostrar arrepentimiento, revindicó cada una de sus medidas. ¿Qué podemos esperar entonces?
“Aún hoy perdura la polémica sobre las privatizaciones de empresas del Estado, que se aceleraron desde su asunción como ministro de Economía durante la presidencia de Carlos Menem. ¿Qué responde a quienes cuestionan la medida por ‘desarticular al Estado’ y la toman como el principal factor de los malos servicios que se brindan, como por ejemplo en el caso de los trenes?”, le preguntamos. Cavallo respondió: “Los trenes ofrecían un servicio mucho peor en la época en que eran estatales. Prácticamente no existía el servicio, ni de carga, ni de pasajeros. Es cierto que la estatización no fue la más exitosa. Después no se hicieron inversiones porque el Estado incumplió con los aportes de capital que debía, por ejemplo para los trenes de pasajeros. […] El descalabro de los ferrocarriles argentinos viene de muy larga data, […] así que yo creo que el proceso, lejos de ser responsable de los malos servicios ahora, fue el que permitió que al menos los tengamos”.
La estación “Bragado” cumplió históricamente un rol muy importante en la línea Sarmiento. Tenía un movimiento constante, no sólo porque el número de frecuencias a cada destino era mayor, sino porque además los trenes llegaban a lugares que hoy no, por ejemplo Santa Rosa (La Pampa). Por eso es que la llegada de nuevas formaciones viene a renovar los aires y a recuperarle parte de lo que el tiempo y las malas administraciones le hicieron perder.
El estado actual de los trenes es responsabilidad del ex ministro de Economía Cavallo, Menem y de cada uno de los presidentes que se sucedieron hasta nuestros días; incluso del kirchnerismo, que lleva una década en el poder y que recién en los últimos años dedicó a los ferrocarriles la atención que merecen. Pero así como debemos criticarle aquella pasividad, también hay que reconocerle los cambios generados luego de la Tragedia de Once. Quizás pueda resultar prematuro y hasta exagerado hablar de “revolución ferroviaria”, ya que falta mucho por realizar, como una efectiva estatización de todas las líneas y la reapertura de los ramales olvidados; pero al menos hoy se está trabajando para lograr cierta mejora en el sistema, como no se lo hizo desde hace años.
De todas formas, nos hemos acostumbrado a que los pocos adelantos que se hacen, suelan estar destinados únicamente al área metropolitana, como si los viajes de larga distancia en tren no merecieran igual atención. Nos quedábamos con las ganas de ser escuchados, como por ejemplo cuando observábamos desde el Constantino (minutos después de que el Intendente mantuviera una teleconferencia con la Presidenta) el anuncio de la compra de coches de trenes para la línea Sarmiento y Mitre, pero que sólo se utilizarían en cercanías a la Capital Federal.
Cuando muchos habíamos perdido las esperanzas de ver mejorar el servicio de trenes que llega hasta Bragado, dos nuevas formaciones cambiaron nuestro parecer. Una, de aspecto futurista, fue realizada en los talleres MATERFER de Córdoba y realizará el trayecto Bragado – Realicó. La otra, que llegará hasta “Once”, fue comprada en China; cuenta con comandos computarizados, aire acondicionado frío – calor, marquesinas que indican el horario de arribo a cada estación, baños para discapacitados y asientos con mesa incorporada; se tratan de vagones clase “turista”, “primera clase” (pequeños televisores son la novedad) y hasta comedor. Bueno sería que realizaran sus respectivos recorridos todos los días y no sólo los viernes y domingos, pero es un muy buen comienzo.
Así como es necesario cuestionar a nuestros gobernantes cuando su desempeño no es bueno, también lo es que reconozcamos cuando obran bien. Por eso, visto la histórica incorporación de nuevas formaciones para unir Bragado con las estaciones “Once” y “Realicó”, nuestras felicitaciones al intendente Aldo San Pedro y fundamentalmente al Gobierno Nacional que encabeza la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, siendo Florencio Randazzo el ministro del Interior y Transporte. A todos ellos, ¡chapó!
Bragado Informa
07-10-13