Tiene su planta en Santa Fe y llegó a ocupar 1000 empleados. Ahora atraviesa su peor momento. Mientras tanto el Gobierno cierra contrato con China para importar 3.500 vagones.
La empresa de vagones Sabb tiene los días contados. Al parecer, los anuncios del gobierno nacional para reactivar el sistema ferroviario no surtieron efecto y sólo funcionan con concesionarios privados. Y ahora le queda una quincena para seguir en pie porque los trabajos están llegando a su fin. De no aparecer ningún nuevo contrato, la firma de la localidad de María Juana empezará el 2014 con la planta parada. Se quejan del negocio que hizo el Estado con China para importar 3.500 unidades. “Tienen un discurso contradictorio. Piden proteger la industria local pero son ellos mismos quienes salen a buscar productos fuera del país”, le dijo indignado a punto biz Roberto Amoroso, gerente de planta de la firma.
Las fiestas no serán felices para Sabb y para festejar no tendrá nada. La empresa nació el 1951 de la mano de la familia Buriasco, pero en el 89´ sus titulares decidieron retirarse y venderla a otros empresarios quienes continuaron con el negocios. La firma fue pionera en el sector y la primera en fabricar un vagón nacional. En sus épocas doradas llegó a emplear a 940 obreros en su planta de 30.000 metros cuadrados la cual cuenta con 5 kilómetros de vías internas. Es más, en los talleres se realizaron más de 10.000 unidades de carga - tiene una capacidad de 1.000 al año - y se llegó a producir 3 carros diarias.
Pero el panorama actual es completamente diferente. La industria santafesina emplea actualmente a 80 personas y pide a gritos la atención de la Nación para tener garantizada la continuidad laboral. Es que hoy los talleres se encuentran reacondicionando vagones pedreros de la concesionaria Ferrosur Roca, aunque los trabajos están a punto de finalizar. “Se nos agota la construcción. Sólo está asegurado hasta fin de año la continuación del empleo. Si en enero no aparece nada tendremos que parar. Concretamente, hoy no tenemos ningún negocio a futuro”, deslizó Amoroso.
La planta funciona mediante trabajos temporales con concesionarios privados – Ferrostaal, Ferrosur Roca y Nuevo Central Argentino, entre otros – que le garantizan continuidad por un plazo de 4 a 6 meses. Pero encontrar nuevos proyectos para no apagar las máquinas se torna toda una odisea llegada la finalización de los encargos. “Cuando terminamos con los que nos piden, quedamos a la deriva de los que surja en el transcurso del tiempo. Nunca tenemos garantías para trabajar de corrido durante un plazo extendido”, sostuvieron.
Y a pesar que los anuncios del Ministerio del Interior y Transporte de impulsar la reactivación de unos 12.000 kilómetros de los ferrocarriles debería alentar a la empresa de María Juana, la realidad le da la espalda y la decisión kirchnerista no les lleva tranquilidad. “Quieren poner en marcha las vías del país, pero según el ministro Randazzo van a ingresar unos 3.500 vagones de China. Hay una contradicción en el gobierno. En el discurso piden defender la industria local, pero paralelamente firman contratos de importación. La entrada de los carros asiáticos significa más de 5 millones de hora hombre para construir unidades”, deslizó el gerente de planta.
Las obras del ramal que se está construyendo para conectar Rosario con Buenos Aires ilusionan a Sabb. Es que el trayecto implica once tramos – que ya fueron adjudicados – e incluye unos 520 kilómetros de vías. “Por cada metro que se levanta, se necesitan 3.000 kilos de piedra que llegan desde Córdoba y Olavarría. Lo más ordenado y económico para transportar esas cargas son los vagones, lo cual nos abre una puerta con los concesionarios. Igualmente, no sabemos que transporte utilizarán”, aclararon.
Mientras tanto, desde la industria se encuentran tirando líneas para pedir algún encuentro con funcionarios del gobierno nacional para acercarle la propuesta de los productos que tienen en el mercado. Sin embargo, hasta el momento no han tenido ningún tipo de acercamiento. “Hace más de 20 años que no le vendemos al Estado. Trabajamos únicamente con privados. Estamos pidiendo oportunidades y que nos escuche para que sepan que existe una oferta en el país. Estamos intentando tener contacto con Randazzo”, indicó Amoroso.
Un timonazo para cambiar la suerte
En 2005, y luego de transitar años de tropiezos y vaivenes en el sector ferroviario, Sabb decidió dar un timonazo para tratar de enderezar el barco. Por eso se la jugó e incursionó en la producción de barcazas. Es que a pesar que la firma no se especializaba en la construcción de unidades fluviales, era una oportunidad para cambiar la suerte de la empresa ya que las mismas cumplían los mismo requisitos que los vagones: estaban hechas de acero y servían para transportar cargas.
“Producíamos bloques de barcazas que después se terminaban de ensamblar en Rosario y se botaban. Por ese entonces movíamos 1.000 toneladas de acero y llegamos a emplear a 187 obreros”, explicó Amoroso. De acuerdo al proyecto, el encargo era de 12 unidades, aunque por dificultades contractuales sólo se fabricaron 7 y la movida comenzó a diluirse.
La crisis volvió a golpear la puerta de la industria de María Juana y tras la caída del negocio en 2007, la firma estuvo a punto de bajar las persianas definitivamente. “Tuvimos 4 meses parados cuando se discontinuó el trabajo de barcazas”, precisaron.
La vuelta a los orígenes
Tras el fracaso de la nueva apuesta, el encargue de la fabricación de dos vagones de Acindar salvó el 2007 y, aunque a lo tirones, lograron llegar al 2008. Ese mismo año firmaron un contrato con NCA – el gran cliente de la empresa – para la construcción de 19 unidades. A partir de ese entonces, la santafesina la rema con negocios que surgen sobre la marcha. “Llegamos a hacer dos puentes ferroviarios para la provincia de Buenos Aires”, aseguraron.
Amoroso aclaró que “salir a decir que nos quedamos en enero sin trabajo no es un elemento de presión, sino de preocupación”.
Punto Biz Rosario / Santa Fe
20-12-13