Antiguo trazado del Ferrocarril General Belgrano argentino, recorre 217 kilómetros por la Cordillera de los Andes en una de las líneas ferroviarias más altas del mundo y reclamo de turistas.
A pesar de su nombre, nunca ha encabezado el ránking como tren más alto del mundo. China (5.072 metros en la cordillera tibetana de Tanggula), Perú (La Cima, con 4.829 metros) y Bolivia (El Condor, 4.787 metros) se sitúan en cabeza de ese caprichoso aunque científico rango. Y, sin embargo, precisamente por su peculiar apelativo, es uno de esos trenes que no pueden faltar en la agenda de viajes. Los espectaculares y vertigionosos países de la Cordillera de los Andes son protagonistas en este peculiar y único trazado del antiguo Ferrocarril General Manuel Belgrano argentino que parte de la ciudad de Salta, atraviesa el valle de Lerma, para introducirse en la Quebrada del Toro y llegar hasta la Puna. Son 434 kilómetros de un trayecto de ida y vuelta, en algo más de quince horas que deja en el viajero un recuerdo imborrable.
Cuentan que lo del 'Tren a las Nubes' es un invento periodístico de la década de los 60 a partir del trabajo de dos estudiantes de Cinematografía de la Universidad de Tucumán que realizaron el recorrido en un tren convencional entre Salta y Socompa. Los jóvenes apalabraron con el maquinista que descargara la salida de vapor cuando el convoy llegara al viaducto de La Polvorilla para poder filmar la escena desde las ventanillas. A consecuencia de las bajas temperaturas, el vapor liberado por la locomotora quedó flotando en el aire durante varios segundos, en lugar de disiparse rápidamente, dando lugar a una escena espectacular en la que el convoy parecía flotar entre las nubes. Posteriormente el documental fue adquirido por la propietaria del ferrocarril que encargó al periodista de 'Clarín' Emilio Petcoff que elaborara un guión. Al observar la filmación, el reportero quedó fascinado por la escena grabada en La Polvorilla y decidió titular su trabajo 'Tren a las Nubes'. Ferrocarriles Argentinos adoptó el nombre
para la única empresa turística que en esos momentos había en el país, que recorría 240 kilómetros sobre el ramal C 14, Salta-Antofagasta.
No es para menos. La Polvorilla ya es de por sí espectacular; mucho más cuando las nubes alcanzan el punto más alto del puente ferroviario, sin duda alguna, uno de los principales motivos para viajar hasta allí. La estructura metálica es el viaducto más conocido de todo el trayecto del ramal C-14 del Ferrocarril General Belgrano de la red ferroviaria argentina. Está ubicado en la provincia de Salta, a poca distancia de la entrada en la región puneña de Jujuy. Una decena de kilómetros al noroeste se encuentra San Antonio de los Cobres, nada más atravesar la llamada Cordillera Oriental por un abra que la separa de la llamada Sierra de los Pastos Grandes. El puente es una estructura de vigas de acero de 223,5 metros de longitud, una altura máxima de 63 metros respecto al suelo y 1.590 toneladas de peso, sobre un terreno ubicado a 4.200 metros sobre el nivel del mar. Es, sin lugar a dudas, uno de los puentes y tramos ferroviarios más altos del mundo. Desde su inauguración fue considerada una obra monumental de ingeniería, transformándose en un atractivo turístico.
Situada al noroeste de Argentina, la provincia de Salta asombra al viajero por su heterogeneidad geográfica y cultural. Rodeada por tres países (Chile, Bolivia y Paraguay) y seis provincias (Jujuy, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca), su vasto territorio abarca todo tipo de paisajes, desde la aridez del desierto puneño, hasta el verde exuberante de la selva. Además de la cordialidad de sus habitantes, es conocida por su patrimonio cultural, ya que es heredera de la antigua nación diaguita-calchaquí, del imperio Inca, del pasado colonial hispánico y del espíritu criollo que luchó por la independencia nacional. Muchos rasgos de este rico legado aún perduran en la fisonomía humana y arquitectónica de sus pueblos.
Sin cremallera
A diferencia de otros trenes de montaña, este convoy no utiliza ruedas dentadas, ni siquiera para las partes más empinadas de la subida, porque las vías están dispuestas de una manera peculiar circulando por un sistema de zigzags y espirales. El ingeniero estadounidense Richard Maury ideó las innovadoras soluciones que sólo atienden al principio de adherencia de las ruedas del tren a las vías y a las propias leyes de la física, desechando el sistema mecánico de cremallera comúnmente usado para que las formaciones ferroviarias puedan trepar con solvencia las alturas. El tren parte de la estación General Belgrano, en la ciudad de Salta, a 1.187 metros sobre el nivel del mar, y termina en el viaducto de la Polvorilla, a 4.200 metros.
La línea de ferrocarril cuenta con 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 espirales y 2 zigzag. Los convoyes recorren los 434 kilómetros del trayecto de ida y vuelta en algo más de quince horas. Sus orígenes se remontan a 1899, cuando se realizaron estudios preliminares sobre la factibilidad del trazado de una línea férrea para salir a la Puna, la meseta que cubre territorios del centro y sur del Perú, el noreste de Chile, el occidente de Bolivia y el noroeste de Argentina.
Ya en el siglo XVIII surgió la idea de construir un ferrocarril que uniera las zonas mineras del norte de Chile con Argentina, para facilitar el intercambio de minerales y provisiones. Pero hubo que esperar hasta 1921 para que comenzaran las obras del ferrocarril en esta zona, que pretendía conectar el norte de Argentina con Chile a través de los Andes, y de servir a la bórax minas de la zona. El 20 de febrero de 1948 se consiguió completar los trabajos y hacer todo el recorrido completo.
Con los años, la línea regular que dirigía el Ferrocarril Belgrano dejó de funcionar, como sucedió con otras muchas de Argentina. Pero, en 1972 comenzó a utilizarse como servicio turístico, hasta que de nuevo volvió a interrumpirse en 2005. El recorrido del servicio turístico recibió el nombre Salta- Kilómetro 1350, empleando el convoy 809 al subir y el 810 al bajar. La línea está de nuevo operativa desde agosto de 2008, aunque ahora la explota la empresa privada argentina Ecotren.
El tren sale todos los miércoles, viernes y domingos a las 7.05 desde Salta y regresa a las 22.15. Se calcula que unos 30.000 turistas hacen el paseo cada año, que a su vez es la única conexión de varias localidades a su paso. En verano, de diciembre a marzo, va de Salta a la estación Diego de Almagro, a 3.500 metros sobre el nivel del mar.
El convoy que hace el trayecto de ida y vuelta se compone de diez coches que pueden transportar hasta 640 pasajeros a una velocidad media de 35 kilómetros a la hora. Una locomotora CC diesel-eléctrica de General Electric (GE), de 2.475 caballos, tira del conjunto de más de 100 toneladas, y consume alrededor de seis litros de combustible por cada kilómetro.
El tren se detiene en dos estaciones de las 21 que existen en el trazado (San Antonio de los Cobres y La Polvorilla) para que los turistas puedan bajar, ver las poblaciones y comprar artesanía local. Cuenta con servicios tales como coche comedor y panorámico, consultorio médico, audio y vídeo, grupos folclóricos y guías bilingües. Igualmente dispone de servicio médico y oxígeno para resolver los problemas provocados por la altura. Tiene salidas miércoles y sábados, a excepción de Semana Santa y vacaciones de invierno donde se incrementan las salidas. Como reza la publicidad del convoy, si el cielo tuviera puertas, el 'Tren a las Nubes' sería una de las entradas imprescindibles.
El Correo ( Perú ).-
13-09-13