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Como sucede cada año, comprar un pasaje en tren para viajar desde Buenos Aires y Rosario hasta San Miguel de Tucumán para la temporada estival es una tarea complejísima. Muchos usuarios pensaron que con la nacionalización del servicio -antes en manos de Ferrocentral- por parte del Estado Nacional en el marco de la presunta "revolución ferroviaria" del Ministro Florencio Randazzo, la situación iba a mejorar pero no fue así. El único cambio respecto a la anterior administración fue la puesta en marcha de un 0800, pero que da información equivocada. Enojo y hastío de los pasajeros.
Tras la nacionalización del servicio de trenes de Buenos Aires y Rosario (entre otras localidades) hasta Tucumánpoco y nada cambió.
El sistema para la compra de tickets sigue dependiendo del azar ya que los usuarios nunca saben con anticipación cuándo van a salir a la venta. Si alguien quiere comprar un pasaje para enero debe estar muy atento para adivinar el día en que salen a la venta porque se agotan en cuestión de horas.
Este año, la única modificación que tuvo el serviciocomparado con la administración de Ferrocentral fue la puesta en marcha de un 0800 para acceder a información, cuando antes el interesado debía dirigirse hasta las boleterías.
Con este número gratuito, los usuarios debían llamar durante al menos un mes, dos o tres veces por día para saber cuándo los boletos salían a la venta para la temporada de verano. Allí informaron este martes que se habían comenzado a comercializar, haciendo que los pasajeros se agolpen en las boleterías. Sin embargo, sólo empezaron a venderse en Retiro, mientras que desde el 0800 habían afirmado que también se podían comprar en Rosario.
En la ciudad santafesina los pasajeros estallaron de bronca luego de semanas de idas y vueltas tratando de obtener un ticket. Ahora no saben si la totalidad de los boletos se venderán en Capital, o cuándo se habilitará la venta en la estación Rosario Norte.
La imposibilidad para adquirir pasajes online en pleno siglo XXI, las confusas y escasas informaciones, laengorrosa diagramación del sistema, las interminables colas y la dificultad para comprar boletos con antelación o cuando se desee, revela que, a pesar de la intervención de Randazzo, viajar en tren a Tucumán sigue siendo una tarea imposible. (Lanoticia1)