Diario Hoy.-El denominado Tren Universitario costó 700 mil dólares, y hace semanas que no funciona. Su fracaso esconde una puja por el manejo de la oscura caja de los subsidios
Hace casi un año, más precisamente el 26 de abril de 2013, fue inaugurado con bombos y platillos el denominado Tren Universitario. Pero lo que fue anunciado como una solución para los problemas de transporte que tiene la región terminó convirtiéndose en un gran fiasco, como casi todo lo hecho en la materia por un gobierno que carga sobre sus espaldas con los 52 muertos de estación Once. Durante el acto inaugural, el rector de la Universidad Nacional de La Plata, Fernando Tauber, estuvo acompañado por el ministro Florencio Randazzo.
La unidad en cuestión, el año pasado, estuvo fuera de servicio durante varios días. Y, desde el mes de enero, se encuentra atravesando lo que desde el Rectorado se denominó “service anual”. Ahora bien, de forma muy llamativa, mientras hace semanas el trencito no recorre ni un solo kilómetro, las autoridades de la UNLP, el viernes pasado, salieron a anunciar oficialmente que buscan “adquirir” una nueva unidad, que se sumaría a la formación que aún no terminó de ser reparada.
Ahora bien, en medio de todos los tejes y manejes, más de 1500 personas, especialmente los estudiantes que utilizaban ese servicio, ya no lo pueden hacer. Y nada de todo esto es gratuito: según pudo saberHoy, el tren en cuestión, llamado “Tecno Tren”, tuvo un costo aproximado de 700 mil dólares.
La formación es una copia del trencito que recorre Tecnópolis, la feria de ciencias y tecnología que financia el gobierno nacional y que ha estado bajo la lupa por haber sido fuente de todo tipo de negocios turbios con fondos públicos. De hecho, el exjefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, está siendo investigado por contrataciones irregulares, sin llamados a licitación, por más de 100 millones de pesos para montar los stand de la feria estatal.
Una parte importante de la inversión para adquirir el trencito corrió por cuenta de la Universidad platense, cuyas autoridades muchas veces parecen más preocupadas en los negocios que implican ladrillos y cemento que en proponer soluciones a los fracasos masivos que se registran año a año en los cursos de ingresos, donde gran parte de los estudiantes que llegan a la Universidad desde el secundario ni siquiera tienen la capacidad de comprender textos simples.
Estos 700 mil dólares, que equivalen a casi 5,5 millones de pesos si se tiene en cuenta la cotización oficial, salieron de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, incluidos los sectores socialmente más postergados que abonan el 21% de IVA por cada paquete de fideos que compran en el almacén. Y que si ni siquiera tienen la más mínima posibilidad de pasar cerca de una facultad.
Según distintas fuentes consultadas por Hoy, detrás del fracaso del tren universitario se esconde las pujas por el manejo de las cajas negras de los subsidios. Actualmente, el Estado, es decir que conjunto de los contribuyentes que pagamos impuestos, aporta cuatro pesos por cada peso que abona cada usuario del ferrocarril. En ese sentido, desde que el gobierno reprivatizó hace algunas semanas los ramales ferroviarios (el “Tecno Tren” forma parte de la Línea Roca) desde la empresa prestataria –Emepa SA- buscarían instalar una formación que le sea más redituable económicamente.
“En complicidad con las autoridades, quieren inflar los costos para quedarse con un pedazo mayor en la torta de los subsidios que paga el Estado”, explicaron las fuentes.
Llamativamente, el proyecto original -que habría sido copiado parcialmente por las autoridades de la UNLP- proponía reactivar la línea férrea que se inicia en la estación de 1y 44, y termina en 1 y 72 (recorriendo las zonas de las facultades que se encuentran en la zona del bosque platense), utilizando otro tipo de formación. Pero no se pudo instalar debido a que había problemas con el abastecimiento de combustible y, además, se habrían detectado problemas con los frenos.
Las fuentes afirman, en ese sentido, que la improvisación que significó inaugurar un precario servicio de tren con una sola formación, y que para colmo se rompe a cada rato, no habría sido un acto de ingenuidad. “Acá todo es negocio, poco les importa la gente”, afirmaron las fuentes.
Todo indica que el escándalo por trencito seguirá andando sobre rieles.
EN FOCO
No se puede seguir mirando para otro lado
Llama poderosamente la atención que, ante situaciones como la que ocurren con el Tecno Tren, en la UNLP no funcionen los anticuerpos que son necesarios para evitar que la casa de estudios se vea involucrada en este tipo de escándalos.
El Consejo Superior, órgano de cogobierno universitario, integrado por docentes, graduados y alumnos de cada facultad, sumado a representantes de los trabajadores y de los colegios pre universitarios, funciona prácticamente como una escribanía. Obviamente, siempre existen algunas honrosas excepciones, pero son los menos.
El debate sobre el destino de la casa de altos estudios prácticamente brilla por su ausencia y se usa el reparto de cargos en el Rectorado, que se ha transformado en un enorme aparato burocrático, como forma de silenciar voces.
La Universidad debe involucrarse en los problemas del país, garantizando su autonomía para que no se convierta en coto de caza del gobierno de turno. Se trata de una institución que está formando los profesionales del futuro y por eso sus autoridades no pueden seguir haciéndose las distraídas mientas afloran los bochazos masivos en los cursos de ingresos, se hacen caza de brujas a docentes por cuestiones políticas en las facultades y se derrumba la excelencia de una institución que supe tener en su aulas a personalidades ilustres como René Favaloro, Ernesto Sábato y muchos otros.
Empresa amiga del poder
La empresa Emepa, que opera la Línea Roca y por ende el Tecno Tren, ha sido denunciada en varias ocasiones. Por ejemplo, el año pasado, tras el choque de dos formaciones de la Línea Sarmiento en Castelar, un grupo de 40 damnificados por el siniestro pidieron la indagatoria de Aldo Roggio y Gabriel Romero, titulares de “Metrovías” y “Grupo EMEPA”, que estaban a cargo del servicio
A raíz del escándalo que generó el choque, que habría puesto de manifiesto las irregularidades en el manejo de los subsidios que deberían haber utilizado en obras de mantenimiento e infraestructura que jamás se habría concretado, el gobierno K no tuvo otra alternativa que quitarle a Roggio y Emepa el manejo del Sarmiento.
El castigo duró poco: el pasado 12 de febrero, mediante una simple resolución, el ministro de Transporte, Florencio Randazzo, de asiduo contacto con autoridades de la UNLP, le sirvió en bandeja a Emepa el manejo de las líneas Roca y Belgrano Sur.
RPF
01-03-14
La unidad en cuestión, el año pasado, estuvo fuera de servicio durante varios días. Y, desde el mes de enero, se encuentra atravesando lo que desde el Rectorado se denominó “service anual”. Ahora bien, de forma muy llamativa, mientras hace semanas el trencito no recorre ni un solo kilómetro, las autoridades de la UNLP, el viernes pasado, salieron a anunciar oficialmente que buscan “adquirir” una nueva unidad, que se sumaría a la formación que aún no terminó de ser reparada.
Ahora bien, en medio de todos los tejes y manejes, más de 1500 personas, especialmente los estudiantes que utilizaban ese servicio, ya no lo pueden hacer. Y nada de todo esto es gratuito: según pudo saberHoy, el tren en cuestión, llamado “Tecno Tren”, tuvo un costo aproximado de 700 mil dólares.
La formación es una copia del trencito que recorre Tecnópolis, la feria de ciencias y tecnología que financia el gobierno nacional y que ha estado bajo la lupa por haber sido fuente de todo tipo de negocios turbios con fondos públicos. De hecho, el exjefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, está siendo investigado por contrataciones irregulares, sin llamados a licitación, por más de 100 millones de pesos para montar los stand de la feria estatal.
Una parte importante de la inversión para adquirir el trencito corrió por cuenta de la Universidad platense, cuyas autoridades muchas veces parecen más preocupadas en los negocios que implican ladrillos y cemento que en proponer soluciones a los fracasos masivos que se registran año a año en los cursos de ingresos, donde gran parte de los estudiantes que llegan a la Universidad desde el secundario ni siquiera tienen la capacidad de comprender textos simples.
Estos 700 mil dólares, que equivalen a casi 5,5 millones de pesos si se tiene en cuenta la cotización oficial, salieron de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, incluidos los sectores socialmente más postergados que abonan el 21% de IVA por cada paquete de fideos que compran en el almacén. Y que si ni siquiera tienen la más mínima posibilidad de pasar cerca de una facultad.
Según distintas fuentes consultadas por Hoy, detrás del fracaso del tren universitario se esconde las pujas por el manejo de las cajas negras de los subsidios. Actualmente, el Estado, es decir que conjunto de los contribuyentes que pagamos impuestos, aporta cuatro pesos por cada peso que abona cada usuario del ferrocarril. En ese sentido, desde que el gobierno reprivatizó hace algunas semanas los ramales ferroviarios (el “Tecno Tren” forma parte de la Línea Roca) desde la empresa prestataria –Emepa SA- buscarían instalar una formación que le sea más redituable económicamente.
“En complicidad con las autoridades, quieren inflar los costos para quedarse con un pedazo mayor en la torta de los subsidios que paga el Estado”, explicaron las fuentes.
Llamativamente, el proyecto original -que habría sido copiado parcialmente por las autoridades de la UNLP- proponía reactivar la línea férrea que se inicia en la estación de 1y 44, y termina en 1 y 72 (recorriendo las zonas de las facultades que se encuentran en la zona del bosque platense), utilizando otro tipo de formación. Pero no se pudo instalar debido a que había problemas con el abastecimiento de combustible y, además, se habrían detectado problemas con los frenos.
Las fuentes afirman, en ese sentido, que la improvisación que significó inaugurar un precario servicio de tren con una sola formación, y que para colmo se rompe a cada rato, no habría sido un acto de ingenuidad. “Acá todo es negocio, poco les importa la gente”, afirmaron las fuentes.
Todo indica que el escándalo por trencito seguirá andando sobre rieles.
EN FOCO
No se puede seguir mirando para otro lado
Llama poderosamente la atención que, ante situaciones como la que ocurren con el Tecno Tren, en la UNLP no funcionen los anticuerpos que son necesarios para evitar que la casa de estudios se vea involucrada en este tipo de escándalos.
El Consejo Superior, órgano de cogobierno universitario, integrado por docentes, graduados y alumnos de cada facultad, sumado a representantes de los trabajadores y de los colegios pre universitarios, funciona prácticamente como una escribanía. Obviamente, siempre existen algunas honrosas excepciones, pero son los menos.
El debate sobre el destino de la casa de altos estudios prácticamente brilla por su ausencia y se usa el reparto de cargos en el Rectorado, que se ha transformado en un enorme aparato burocrático, como forma de silenciar voces.
La Universidad debe involucrarse en los problemas del país, garantizando su autonomía para que no se convierta en coto de caza del gobierno de turno. Se trata de una institución que está formando los profesionales del futuro y por eso sus autoridades no pueden seguir haciéndose las distraídas mientas afloran los bochazos masivos en los cursos de ingresos, se hacen caza de brujas a docentes por cuestiones políticas en las facultades y se derrumba la excelencia de una institución que supe tener en su aulas a personalidades ilustres como René Favaloro, Ernesto Sábato y muchos otros.
Empresa amiga del poder
La empresa Emepa, que opera la Línea Roca y por ende el Tecno Tren, ha sido denunciada en varias ocasiones. Por ejemplo, el año pasado, tras el choque de dos formaciones de la Línea Sarmiento en Castelar, un grupo de 40 damnificados por el siniestro pidieron la indagatoria de Aldo Roggio y Gabriel Romero, titulares de “Metrovías” y “Grupo EMEPA”, que estaban a cargo del servicio
A raíz del escándalo que generó el choque, que habría puesto de manifiesto las irregularidades en el manejo de los subsidios que deberían haber utilizado en obras de mantenimiento e infraestructura que jamás se habría concretado, el gobierno K no tuvo otra alternativa que quitarle a Roggio y Emepa el manejo del Sarmiento.
El castigo duró poco: el pasado 12 de febrero, mediante una simple resolución, el ministro de Transporte, Florencio Randazzo, de asiduo contacto con autoridades de la UNLP, le sirvió en bandeja a Emepa el manejo de las líneas Roca y Belgrano Sur.
RPF
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