Nos pasamos la vida poniéndonos metas, objetivos, destinos. Sin embargo, muchas veces el trayecto que transitamos hasta llegar allí es tanto o más importante que el punto final. Algo así pasa con uno de los atractivos turísticos más asombrosos de nuestro país: el Tren a las Nubes, en la provincia de Salta.
La promesa es tentadora: hacer un viaje a las nubes, subir, llegar alto. Y esa promesa se cumple: el destino final del recorrido es el Viaducto La Polvorilla, a 4.200 msnm, desde donde se puede contemplar la puna salteña en todo su esplendor. El corolario del viaje es motivo suficiente para realizarlo, pero el Tren a las Nubes nos ofrece, además, una infinidad de sorpresas en cada tramo del camino.
En sus 217 kilómetros de recorrido, atraviesa 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 “rulos” y 2 zigzags. En cada estación, los pasajeros tienen la oportunidad de conocer pequeños pueblos llenos de encanto, donde sus habitantes los reciben con calidez y donde pueden adquirir artesanías y productos regionales para llevarse un recuerdo especial de un viaje inolvidable.
El tren más asombroso de la Argentina –y uno de los más altos del mundo– abre el cielo a sus pasajeros y trasmite, en la inmensidad del paisaje, un sinfín de sensaciones: asombro y quietud, colores en contraste y, por supuesto, la experiencia de un ícono nacional único.
Por Gabriela
Fuente y Video en: Ser Argentino
25/09/2018