Mientras avanzan a paso muy lento -pero, en definitiva, avanzan- las obras para completar la electrificación del ramal Quilmes entre La Plata y Constitución, en lo que se traducirá en un progreso sustancial para el transporte de pasajeros entre ambas capitales, desde el Gobierno nacional acaba de anunciarse que el tren que une a la ciudad de Buenos Aires con la de Mar del Plata, que permanecía interrumpido, volverá a circular a partir del mes próximo, de cara al inicio de la temporada veraniega. Desde luego que resulta bienvenida toda acción que favorezca a un servicio que, como el del ferrocarril, sufre una tan prolongada decadencia, aguardándose, desde ya, una política que apunte a su completa recuperación en todo el país.
El restablecimiento del ramal Constitución-Mar del Plata favorecerá también a muchas comunas, como la de Chascomús, que inclusive tenía cortado el tramo de media distancia que la unía con Alejandro Korn. Tal como se informó en este diario, sólo a Mar del Plata viajan alrededor de 20.000 personas desde la ciudad de Buenos Aires y el tren está interrumpido desde agosto del 2015 cuando cayó el puente Guerrero sobre el río Salado a raíz de una crecida.
Tal como se dijo, a partir de diciembre habrá dos servicios diarios: uno directo a Mar del Plata y otro con paradas en 12 localidades intermedias como Chascomús, Brandsen; Lezama; Castelli; Sevigné; Dolores; Guido; Maipú; Las Armas, Pirán, Vidal y Vivoratá. La interrupción de los servicios ferroviarios se notó particularmente en Chascomús debido a que no sólo se había anulado el servicio de larga distancia, sino el de media que la unía con la estación Alejandro Korn y esta a su vez con Plaza Constitución.
Funcionarios de la comuna de Chascomús pusieron de relieve que el retorno del tren implicará una sustancial mejora, para quienes hoy deben afrontar costos por la contratación de combis que oscilan en los 150 pesos diarios para ir a Buenos Aires, mientras que el costo del pasaje ferroviario era, y se supone que será, mucho menor. Asimismo, detallaron que en el área de Transporte se les informó que serán los coches chinos, que cuentan, entre otras comodidades, con aire acondicionado, los que integrarán las formaciones. Prevén también un fuerte incremento de turistas que acudirán a la laguna y a disfrutar de otros atractivos de Chascomús, a partir de la mayor fluidez de transporte que ofrece el tren.
Bien se conoce que, lamentablemente, el ferrocarril comenzó a perder gravitación en nuestro país , viéndose relegado a fines de la década del ‘60, cuando se privilegió el desarrollo del automotor como principal transporte público de pasajeros y de cargas. Más allá de los intentos posteriores, en especial a partir de la privatización del servicio ferroviario que alcanzó, en un primer momento y sólo fugazmente, a convocar el regreso de miles de usuarios, el tren siguió decayendo, demorándose tanto la renovación del material rodante como la de la electrificación. El resultado fue la pérdida casi total de pasajeros y de los ingresos que ofrecía el transporte de cargas en todo el país, aún cuando el más grave de los deterioros económicos y sociales lo sufrieron y siguen sufriendo centenares, tal vez miles, de pueblos privados del servicio.
Es de esperar que estas acciones, muy parciales por cierto, puedan ser vistas como el inicio de una política que apunte en el mediano plazo al restablecimiento integral de un servicio que hoy forma parte esencial de la vida y economía de los países más desarrollados del planeta. Desde luego que carece de toda explicación y justificación que la Argentina se haya permitido el insensato lujo de prescindir del ferrocarril.
Fuente:El Dìa
09/11/2016