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El jefe de la planta procura ampliar la capacidad operativa e incorporar más operarios.
“Los talleres ferroviarios de Tafí Viejo no están muertos. Existen, producen y no dudo que iremos creciendo. Aunque por ahora seamos más de un centenar. Estamos trabajando en silencio, pero metódica y sistemáticamente. Con recursos propios, ingenio y creatividad”, describe Enrique Navarro a LA GACETA, el técnico que hoy ocupa la jefatura de esa centenaria planta, que en su momento de esplendor llegó a contar con más de 5.600 obreros.
“No soy político sino técnico, y como tal estoy en esta planta ferroviaria, que ahora pertenece a la empresa estatal Belgrano Cargas y Logística (Bcylsa). Nuestro objetivo es recuperar y superar los niveles de operatividad y eficiencia. Inclusive, combinando el modo ferroviario con otros complementarios. El martes pasado despachamos 14 vagones reparados y más de 200 barras del sistema de frenado para coches de pasajeros”, agregó el máximo referente de los talleres, que es oriundo de Güemes, Salta. Trabajó en ese centro ferroviario que se dedicaba a la reparación de coches motores y también se desempeñó durante una década, en la estación de La Quiaca, Jujuy.
Navarro, que recientemente visitó en China las instalaciones de la empresa CMEC, aclaró que según la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) las prestaciones en Tafí Viejo irán creciendo a medida que aumente la demanda y se paute un cronograma permanente y seguro.
“Ellos adquirieron 100 locomotoras, 3.500 vagones nuevos y materiales para reparar otros 2.000, además de la financiación aplicada a infraestructura”. Navarro subrayó que “el ministro Randazzo anunció hace poco más de un mes que el Gobierno viene invirtiendo casi la tercera parte de los $ 9.000 millones para este año; y que tiene previstos otros $ 7.200 millones para 2016 (en trenes de cargas y de pasajeros)”.
Más operarios
En relación con la planta ferroviaria taficeña, Navarro ya solicitó al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación la devolución de la nave que ocupa esa cartera nacional en los talleres taficeños.
En ese galpón antes funcionaban las secciones Calderería y calderas y Tornería, mecánica y locomotoras. Además, en ese amplio espacio cubierto existen dos puentes de grúas. Uno con una grúa que puede levantar 120 toneladas y el otro puede elevar en tándem 170 toneladas o el peso de una máquina diésel.
“Necesitamos incorporar más maquinarias y más de un centenar de operarios y también capacitarlos -añadió Navarro-. Por ahora estamos trabajando en la recuperación, reacondicionamiento y reparación del material ferroviario de carga. Preferentemente vagones. Para ello adaptamos las plataformas para el transporte de granos, que nos permita transportar 45 toneladas por vagón. También a los vagones multiuso los estamos transformando en vagones tolva, para carga descubierta. Tenemos que reparar y reacondicionar por ahora 200 vagones. Para poder llegar a 2.500 en tres años. También juntamos 2,5 toneladas de chatarra y estamos a full con la reparación de ejes y ruedas que importamos en gran número desde China”.
En la nave mayor de los talleres se reparan, construyen o reacondicionan estructuras de 22 metros de largo por tres metros de ancho, y de casi seis y hasta siete metros de alto. Se cambian ejes y reparan ruedas. También se cambian zapatas y válvulas de frenos, espirales, planchuelas para el sistema de enganche y la barra de frenaje.
Los vagones llegan a la playa de lavado y limpieza, donde son despojados de todo tipo de basura, herrumbre, partes deterioradas y se los prepara para su reparación, ya sea de tipo preventiva, programada o parcial. “Habitualmente se trabaja en un vagón para granos, colocándoles tolva, desmontando bogíes, y agregándoles los compartimientos. Casi en simultáneo lo hacemos en otro vagón para carga descubierta o transporte de minerales. En general llevan balasto (piedra caliza granulada) para vías y terraplenes. También se refaccionan vagones portacontenedores y los multiuso”, indicó Walter Aguirre, encargado de producción o segundo jefe de los talleres. “Asimismo se rehabilitaron la herrería y la carpintería”, se explayó.
Clemente Fisher, encargado de compras, y Juan Pablo Tabera, responsable del área de control de calidad, recalcaron que los talleres de Tafí Viejo habían dejaron de ser talleres para convertirse en depósitos de corte de locomotoras; y ahora comenzaron a resurgir. “Y eso no es más que un gran justificativo de algunos burócratas. Los talleres tenían infraestructura no tan sólo para la reparación de locomotoras de tracción a vapor, ya que aquí no sólo se producía mantenimiento, también se hacían bastidores, vagones y hasta campanas para algunas iglesias. Incluso el ingeniero Dante Livio Porta diseñó una memorable locomotora. También aquí se fabricaron los vagones más pesados de toda la trocha métrica que poseen tres ejes. Y no son otros que de los del ‘Tren Alma’ que pulieron los rieles por toda la línea más de dos décadas”, dijeron ambos a casi a coro.
En relación a esta formación sanitaria, Navarro aclaró que ya llegaron dos coches del Belgrano de Buenos Aires para ser reparados y reacondicionados para el nuevo tren Alma.
Un poco de historia
“Aquí también hacíamos trabajos para las otras líneas. Lo curioso fue que después surgió Materfer (material ferroviario Córdoba), que trabajaba conjuntamente con la Fiat. Entre ambos produjeron una gran cantidad de lotes de vagones de pasajeros interurbanos y locales para las entonces seis líneas de Ferrocarriles Argentinos. Pero estos bien se podían haber hecho tranquilamente en estos talleres”, enfatizó Juan Carlos Aguirre, encargado de Tracción, bogíes y frenos.
Con respecto al cierre de ciertas áreas del taller, César Hugo Pedroza, el responsable de Pinturería, explicó: “con el discurso paradójico de que había que adelantarse al mundo, desde la década del 50 venían importando locomotoras diésel que fueron desplazando a las vaporeras. En realidad podían habernos provisto de herramientas necesarias para el mantenimiento de las diésel, porque cuando quisieron lo hicieron. Pero eso ya es historia antigua. Hoy vamos saliendo de a poco. Y en la medida que la reactivación ferroviaria se concrete, creceremos”.
El parque ferroviario
El Bcylsa administra las tres líneas ferroviarias cargueras más importantes del país: Belgrano, San Martín y Urquiza (que atraviesan 17 provincias) y el taller ferroviario de Tafí Viejo, en Tucumán. Cuenta con una flota de 86 locomotoras y 4720 vagones en funcionamiento y accede a cinco cruces internacionales: Brasil (Paso de los Libres/Uruguayana); Uruguay (Concordia/Salto); Paraguay (Posadas/Encarnación); Bolivia (Pocitos/Yacuiba) y Chile (Socompa/Antofagasta). A la vez, accede a los puertos de zona Rosario; Zárate; Buenos Aires; puerto del norte de la provincia de Buenos Aires; *Barranqueras (Chaco); puerto Custodia en Paraguay y puerto Guazú.
“Tafí Viejo fue el portal del progreso de un país en puja, en marcha. Sería fantástico recuperar ese sitial”, subrayó Enrique Navarro, padre de tres hijos y abuelo de seis nietos.
En tres años, Navarro debe devolver al parque ferroviario 2.500 vagones reparados y reacondicionados, junto a los 1.000 que Fabricaciones Militares se comprometió a ensamblar con autopartes chinas. Eso, además de los 3.500 nuevos vagones, le permitirán a la empresa estatal ferroviaria disponer de un parque para transporte de cargas superior a los 9.000 vagones.
Dignidad y libertad
Tucumán fue la envidia de todo el país con el mayor desarrollo de industrialización pesada (ingenios azucareros). Y al igual que todo el ferrocarril en este país, los talleres fueron muy atrayentes laboralmente para los inmigrantes (en especial para italianos, españoles, ucranianos, búlgaros, polacos y rusos), quienes trabajaron como catangos (obrero de vía y obras) y otros aprendieron algún oficio. Se mezclaron con los nativos y hubo un proceso de aprendizaje entre ambos. Así esparcieron las ideas de la verdadera libertad y dignidad humana. Herreros, pintores, mecánicos, catangos, personal de tráfico, maquinistas, y todos aquellos que todo un siglo formaron parte de esa etnia que hoy está en peligro de extinción.
Los talleres no sólo significaron un gran adelanto tecnológico para el país -eran el segundo complejo de toda América-, sino que fue un gran espacio de luchas. Así como en la fragua le dieron forma a esas piezas para hacer rodar aquellos titanes de acero, también fueron forjando las ganas de vivir por ese sentido de pertenencia a “el ferrocarril”. Ellos decían “tenemos que dejarles esto para nuestros hijos”, una filosofía de vida.
Infraestructura
El Belgrano Cargas (Bcylsa), en cuanto a vías, tiene 35 obras realizadas y otras por ejecutar que ascienden a $3.297 millones. Estas comprenden 532 kilómetros de mejoramiento, de los cuales 151 ya fueron concluidos, y otros 452 de renovación, de los cuales 329 ya están terminados. Estas obras abarcan doce provincias: Salta, Jujuy, La Rioja, San Juan, Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires.
Las tres líneas que administra el Bcylsa suman 9282 kilómetros operativos, que cargan cereales, oleaginosos, subproductos, azúcar, cemento, piedra, fúndente, carbón, fertilizantes, metales, madera, vino, aceitunas, melaza y agua, entre otras cargas eventuales.
Esta red ferroviaria atiende a más de 70 clientes, entre los cuales están Siderar, Aceitera General Deheza, Nidera, Bunge, Cargill, Compañía Argentina de Granos, YPF, Ledesma, Hamburg Süd, Peñaflor, Loma Negra, Acindar, Roggio y Papelera del NOA.
Una fábrica de origen estatal
“Los talleres ferroviarios taficeños, en su época de esplendor, fueron los más grandes de Sudamérica, se edificaron en terrenos donados por la familia Méndez, pero con dinero del Estado. Es un lugar con una rica historia. Aquí se desarrollaron valerosas luchas gremiales, desde 1907, cuando comenzaron a construirse los talleres, hasta la década del 40 con la llegada de Perón a la presidencia”, enfatizó Navarro.
El puerto de Barranqueras
Barranqueras es una localidad y puerto del sudeste de la provincia del Chaco. Se ubica en el departamento San Fernando, sobre la costa del riacho Barranqueras -un brazo del río Paraná- y dentro de una zona baja e inundable. La misma forma parte del área metropolitana del Gran Resistencia. Se conecta con la provincia de Corrientes a través del puente General Manuel Belgrano
La Gaceta
25/11/2015