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La reactivación de las capacidades logísticas ferroviarias es, indiscutiblemente, una cuestión de carácter estratégico de cara al futuro. En términos productivos, su potencial para mejorar la competitividad de vastas regiones de nuestro territorio, reduciendo hasta en un 70% los costos de transporte, se presenta como un hecho crucial. Pero también, esta recuperación, tiene la capacidad de multiplicar una expansión industrial que solo es posible en el marco de una decisión política firme y de capacidad para llevarla adelante. Solamente en lo que refiere a material rodante de carga, las necesidades de la logística nacional requerirán para los próximos diez años una provisión de 1400 vagones anuales, para alcanzar 50 millones de toneladas de carga al año, es decir, cerca del 15% del total de la carga del país.
Esto genera las condiciones para que la expansión de la logística ferroviaria de cargas vuelva a surgir como una actividad multiplicadora capaz de generar trabajo de calidad. Es que, mientras un millón de pesos de facturación de transporte ferroviario de cargas genera un puesto de trabajo directo en esta actividad, la fabricación de vagones necesarios para sostener y expandir la actividad genera alrededor de 0,5 puestos de trabajo adicionales para el mismo nivel de actividad. Dicho de otro modo, con el mismo millón de pesos de transporte se pueden generar 1,5 puestos, si también fabricamos los vagones en Argentina.
Hacia el año 2011, haciendo honor a su condición de pionera en el sector, y en el marco de una decisión estratégica al más alto nivel del Gobierno Nacional, pusimos en marcha desde Fabricaciones Militares (FM) la tarea de configurar una cadena productiva moderna con la premisa de dar la mejor respuesta a las necesidades logísticas del país, de desarrollar la industria nacional, y de sostener altos niveles de competitividad.
¿Por qué el Estado tiene que liderar una cadena de valor industrial? ¿Por qué hacerlo desde Fabricaciones Militares? Tiene ventajas visibles desde lo estratégico y para la sociedad. Por un lado, nuestro principal objetivo consiste en maximizar la rentabilidad social, lo que significa que el negocio de FM no es excluyentemente el de vender vagones, sino fundamentalmente el de minimizar el costo de la tonelada transportada, optimizando el transporte ferroviario de cargas. En segundo lugar, un objetivo estratégico de FM es el de desarrollar la industria nacional, y en ese marco, ser autoridad de diseño es la única manera de maximizar el contenido nacional con una cadena de valor con pymes nacionales. Por último, la partición de FM en este proyecto permite hacer razonable la inversión pública en capacidades metalmecánicas para la defensa, y aprovechar al máximo los recursos de la sociedad.
Este trabajo, el del desarrollo industrial, no es ni sencillo, ni inmediato. En primera instancia fue necesario hacer un relevamiento de los talleres ferroviarios de todo el país para contar con un panorama cierto a nivel infraestructura, recursos humanos y capacidad de gestión; tarea que luego se extendió a potenciales proveedores de partes o subconjuntos en la industria metalmecánica. Paralelamente Fabricaciones Militares se abocó al desarrollo, con ingeniería propia, de tres tipos de vagón para diferentes usos. Su diseño se realizó en función de las tendencias vigentes en la logística de cargas y a las necesidad concretas del principal usuario con el que se trabajó de forma mancomunada: vagones polimodales, multitrocha y optimizando la carga por eje a 22 y 25 toneladas.
Este trabajo, que se hizo por una decisión estratégica, porque teníamos las capacidades, porque genera trabajo de calidad, porque hay un plan ferroviario que genera una necesidad, también se hizo porque configuramos la solución más competitiva al transporte ferroviario de cargas en el país: al tener capacidad para tres contenedores por vagón, y considerando los costos de producción y los precios de venta, la incidencia del vagón en el costo por tonelada de transporte resulta en un 25% menor a la competencia extranjera. Si a esto sumamos el hecho de contar con la mejor logística de mantenimiento y de repuestos disponible que permite la cercanía geográfica, estamos ante la solución más competitiva y sustentable.
La instalación de la línea para fabricar en serie los vagones fue otra tarea enorme. Producto de una inversión del Estado Nacional cercana a los 200 millones de pesos, hoy tenemos una planta modelo, única en la región en materia de productividad, calidad, salud y seguridad para los trabajadores. Para su desarrollo e instalación fueron necesarias 32 mil horas de ingeniería de proceso y el trabajo de decenas de trabajadores y pymes argentinas, porque la tecnología es 100% nacional. Una vez que alcance el régimen planificado, saldrán de ella tres vagones nuevos por día.
Además, Fabricaciones Militares desarrolló y homologó en conjunto con el CITEDEF un prototipo de bogie, componente estratégico que se producirá en serie en el corto plazo para llevar el porcentaje de integración nacional de los vagones a cerca de un 90%. Las horas invertidas en ingeniería de producto para los vagones y el bogie suman 35 mil en total.
En primera instancia se están produciendo 1050 vagones de acuerdo a un contrato firmado con el Belgrano Cargas por más de mil millones de pesos. Pero la previsión es poder dar respuesta a los 1400 vagones por año que necesita el sistema de cargas nacional. En un país de trenes como el nuestro este hecho es altamente simbólico; pero además es la demostración de que cuando se conjugan voluntad política y una adecuada planificación y gestión, los argentinos somos capaces de llevar a cabo cualquier empresa. Hoy, que existe en la sociedad un consenso amplio sobre la importancia de desarrollarnos industrialmente (lo que no deja de ser una victoria cultural), vale la pena tener presentes las muchas realizaciones concretas de estos años, sin duda una base de experiencias que será clave para seguir avanzando.
Infobae
18/08/15