Son $ 700 millones para el soterramiento de vías. Es contraparte de un crédito del BNDS.
El soterramiento de la línea Sarmiento–el proyecto de infraestructura ferroviaria más anunciado y demorado de la administración kirchnerista–ha vuelto a cobrar fuerza y la apuesta del Gobierno es iniciar los trabajos bajo tierra en las primeras semanas de 2014.
Tras haber reflotado la obra con un financiamiento por US$ 1.500 millones del BNDS, ahora la flamante “Unidad Ejecutora del Soterramiento”–que fue creada a fines de agosto y que depende del ministerio de Planificación–deberá aportar un contrapartida de $700 millones para poder habilitar la asistencia crediticia concedida por el gobierno de Dilma Rousseff.
Según los tiempos que manejan los funcionarios y los representantes del Consorcio Nuevo Sarmiento (CNS), los trámites bancarios y administrativos pendientes concluirán en diciembre y a partir de enero entraría en operaciones la máquina tuneladora para soterrar las vías entre Haedo y Caballito.
Una vez que arranquen los trabajos subterráneos, el plazo para finalizar la primera etapa de la megaobra será de 44 meses, siempre y cuando no se registren nuevas demoras y contratiempos.
El crédito del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDS) que permitió mantener el proyecto en pie cubre un total US$ 1.500 millones que tendrán que ser repagados en un plazo de 10 años.
La tasa de interés final roza el 7 % anual y el período de gracia para empezar a cancelar el préstamo será de 4 años.
Como todas las operaciones que el BNDS concreta fuera de su país, la asistencia financiera vino acompañada de un cambio sustancial en la integración del consorcio constructor de la obra.
Desde que fue adjudicado el proyecto hace cinco años, el manejo del CNS estuvo en manos de IECSA, la constructora local que Franco Macri le transfirió hace unos años a su sobrino Angelo Calcaterra.
Pero con la llegada de los fondos del BNDS, el timonel y principal accionista del consorcio pasó a ser el grupo brasileño Odebrechet. Ahora la nueva integración de CNS tiene a Odebrechet con el 50% y a IECSA y la italiana Ghella con una participación del 25% cada una.
De las todos los proyectos lanzados por la administración kirchnerista, el soterramiento de la línea Sarmiento es uno de los más emblemáticos y el que más contratiempos ha registrado.
Se licitó en 2006. Las ofertas se abrieron en 2007 y se adjudicó un año después. Primero iba a ser financiado por bancos europeos. Después por la ANSeS. Y ahora, todo indica que se hará con la asistencia del BNDS. De haberse cumplido los plazos previstos en el cronograma original, la primera etapa de la obra habría estado lista ya hace dos años.
Clarín
16-09-13