Las tragedias de Once y Castelar rompieron el vínculo político que había entre el Gobierno y el sindicato de los maquinistas, La Fraternidad. Tras los accidentes, el ministro de Transporte Florencio Randazzo tomó medidas contra los trabajadores y los acusó de ser parte del problema en el transporte, mientras que desde el gremio dicen que el ministro quiere culpar a los maquinistas y monta un show mediático.
Entre los procesados por Once está Antonio Luna, un histórico referente de La Fraternidad que ocupaba un alto cargo en la Secretaría de Transporte y fue desplazado. Tras esa situación se empezó a tensar la relación con el gremio, hasta que el accidente de Castelar provocó la ruptura.
Como el Gobierno intentó desde el primer momento instalar la idea de que el accidente de Castelar se produjo por un error del conductor Daniel López, desde el gremio denunciaron que la formación se había quedado sin frenos.
Luego, el 3 de julio, el sindicato realizó un paro sorpresivo que dejó sin servicio a cinco líneas de ferrocarriles y terminó con graves incidentes en la estación Constitución. Los sindicalistas afirmaron que se debía a retrasos en el pago de los aguinaldos, pero Randazzo aseguró que la huelga fue porque habían instalado cámaras de seguridad en las cabinas de los conductores. De hecho, días después el Ministerio difundió imágenes en las que se veía a maquinistas durmiendo o distraídos mientras manejaban. El gremio respondió que esas cámaras no tienen una utilidad real porque no están conectadas a un centro de control, con lo cual no sirven para prevenir accidentes.
Tras ese nuevo cruce, Randazzo separó de la estructura de Transporte a otros funcionarios vinculados con La Fraternidad. Además, ordenó que se hagan más controles a los motorman. Clarín
17-09-13